"Behind" Cap. 2

viernes, 15 de agosto de 2014


II


Lástima, pensó Amelia mientras llegaba a la orilla del rio, el tal Kravel era completamente divino, pero al parecer le faltaba un poco de masa cerebral
-que nadie lo puede ver…-
Bufó mientras se apoyaba en un árbol que extendía sus raíces sobre las rocas grises y mohosas del rio. Era ilógico que nadie lo viera, era demasiado para no ser notado o poder pasar desapercibido
-¿Cómo será estar así de loco?- sonrió al cielo que comenzaba a cambiar tonalidades de rojo y anaranjado sobre la cordillera; sería estupendo andar mal del coco, ser libre y no tener a nadie tras su rastro… Una punzada de dolor invadió sus pensamientos, la intensa náusea provocó que se dejara caer arrastrando la espalda contra el áspero árbol
-maldita sea- murmuró cuando ante ella miles de puntillos negros se acumulaban, estaba por desmayarse y era su culpa por ser tan descuidada; sin comida, herida seriamente, caminando en plena noche con las ropas completamente empapadas y de remate hacer a su patético corazón acelerarse por un demente; sería imposible encontrar un refugio, y como había pasado tanto tiempo lejos de su no hermano ya no recordaba los alrededores. Solo rogó porque no terminara rodando hacia el rio crecido.

Vio que se desplomaba y ocultaba el rostro entre el cabello húmedo, parecía como que fuera a dormirse cuando escuchó claramente que maldecía y después se quedaba totalmente quieta y flácida.
Se había desmayado.
Y era de suponer; pensó Kravel mientras se acercaba a ella; se notaba que las heridas le provocaban mucho dolor, el frío por esas ropas mojadas bajo la intemperie de la noche invernal no sería nada bueno, y por la palidez del rostro que aun le parecía ingenuo imaginó que no había comido en bastante tiempo. ¿Por qué estaría pasando por algo tan drástico? ¿Qué la había llevado a tal estado? Por primera vez en no sabía cuánto tiempo estaba realmente interesado. Una pequeña llama se abatía en su pecho gritándole que ella necesitaba ayuda, que él debía dejar sus estúpidas ideas de abandono y desear nuevamente. Ahora tenía porque desear, tenía porque querer tener contacto con alguien, poder anhelar una conversación normal; Cosa que nunca había tenido.
Se inclinó sobre ella para cargarla y trasladarla a su refugio pero recordó la mirada que ella tenía al verlo en su desnudez, no podía tener a su primera amiga ante tal ser rudimentario… su primera amiga. La leve llama que inflamaba en su pecho se tornó en miles de lenguas flameantes que le llenaron el cuerpo entero, ella podía ser su amiga, debía serlo, tenía que serlo.


Amelia sintió calidez que la envolvía.
Estaba moviéndose sin moverse; Podía notar el leve movimiento del aire contra su piel. Alguien la movía.
Rápidamente abrió los ojos y se descubrió en brazos de Kravel, en esos brazos fuertes que la acunaban contra el cuerpo macizo.
-¿Cómo te llamas?- dijo él de pronto al notar que ella se había movido abruptamente
-¿Dónde me llevas?-
- a un lugar donde pueda curarte-
-¿Por qué?-
La mirada que Kravel le dio hizo que algo dentro de ella se congelara, parecía verdaderamente ofendido por la pregunta que en cuestión de lógica para ella era lo primordial; tenía ya confirmado que no había que confiar en nadie, que nadie hacia algo por alguien sin la intención de obtener algo; era la ley de la equivalencia, no puedes recibir algo sin dar algo a cambio.
No entendía que ganaría el loco Kravel si la estaba cargando, si pretendía curarla; Se sorprendió al sentir leves cosquillas ahí donde las manos de él la sostenían; Y si pretendía cuidarle después de eso.
-¿porque me ayudas?- dijo mientras Kravel comenzaba a subir una empinada colina en la cordillera
-porque quiero saber tu nombre-
-¿Cuándo lo sepas me dejaras bajar?-
-no-
De inmediato Kravel apresuró mas el paso y ejerció mayor presión en el hombro izquierdo de ella y Amelia pudo notar el roce de la tela contra su cuerpo;
Kravel se había puesto una camiseta, se había amarrado el cabello de hilos plateados y a los rayos del sol, ya muy alto en el cielo, sus facciones eran más asombrosas; era como ver aquellos sueños que iniciaron su curiosidad meses antes, donde hermosos hombres habían sido tallados en mármol, sus expresiones severas pero atrayentes, mostrando sus definidos rasgos grandiosos en el mentón fuerte, los pómulos bien marcados como la mandíbula varonil dando forma levemente cuadrada al rostro que portaba una nariz recta y suavemente respingada a la altura justa para guiar la mirada a los labios levemente carnosos y con notable severidad;
Es perfecto, pensó siendo consiente nuevamente de los brazos que la sostenían, cruzando sus omoplatos y la parte posterior de sus muslos.
-Amelia- dijo, mientras trataba de ver los alrededores para poder encontrar un punto de referencia hacia el lugar donde había perdido la conciencia. No podía confiar tan fácil en este loco, tenía que estar lista para zafarse de él.
-Amelia… bonito-
A ella le recorrió un tremendo escalofrió en la espalda al escucharlo decir su nombre con tanto deleite ¿era bonito en verdad? Nunca le había puesto mucho caso a su nombre; un nombre es solo un nombre, algo con lo que la demás gente te identifica… podría llamarse como le roncara la gana y no cambiaria que ella no era una débil doncella, no cambiaria el hecho de que no tenía que estar en esa situación
-puedo caminar- objetó al entender que no era correcto lo que estaba pasándole
-no hay necesidad, ya llegamos-
Atravesaron una densa maleza, ramas colgantes de árboles y arbustos; Aquella maraña verde y marrón no parecía terminar y Amelia se sintió completamente estúpida al ver que Kravel esquivaba cada uno de los obstáculos así como también evitaba que ni la más leve hoja la tocara;
Esto era demasiado, pensó la aguerrida herida, pero cuando iba a protestar él agachó la cabeza para esquivar la ultima rama de acacia ante ellos, sus rostros quedaron a milímetros el uno del otro y los ojos de hielo de él taladraron en su interior como nada lo había hecho antes.
-ya llegamos- dijo él arrastrándose velozmente en la cueva.
El lugar era bastante fresco aliviando en gran manera el calor del exterior, Kravel caminó entre varios montones de cachivaches y bultos de cosas que no parecían tener principio ni fin, pero aunque el lugar estaba cundido de cosas era bastante acogedor.
Cerca del fondo; entre lo que pudo identificar como cientos de lanzas en un gigantesco jarrón de barro rojizo y un enorme armario tétrico que tenía la forma de una gorda mujer llena de púas; estaba una cómoda cama con sabanas grises, él la depositó con cuidado en aquella mullida cama y sin mediar mas palabra se movilizó nuevamente entre el mar de objetos amontonados.
Había tanto por ver en ese lugar: cajas de hierro forjadas, pieles de diversos animales pegadas a la pared más alejada de donde ella estaba, sillones de estilos variados, armas de diferentes épocas y tamaños, dos armarios mas colocados de espaldas a la entrada como creando una especie de privacidad, pudo diferenciar varios cestos arrimados contra un perchero, estaban llenos de telas y reconoció que las partes de las paredes que no estaban cubiertas de banderas, telas, cuadros apuntalados con remaches de construcción y el resto de las cosas, eran perfectamente lisas, no era un cueva natural, estaba perfectamente cincelada formando un rectángulo enorme en la roca blancuzca.
-esto es una bodega- dijo cuando vio que Kravel salía tras una biombo de tres paneles desde el lado contrario por donde se había ido
-es mi casa-
Él colocó una tinaja de porcelana con diseños florales junto a la cama
-pon los pies aquí-
Amelia reparó nuevamente en que él estaba vestido;
La camiseta blanca se le pegaba a los músculos como si fuera pintura en su cuerpo, los pantalones azul marino sin embargo le quedaban holgados y un par de zapatos deportivos completaban el conjunto
-creí que siempre estabas desnudo- dijo sin pensar
Él no respondió, dando media vuelta y perdiéndose en el mar de cosas otra vez, Amelia vio el agua humeante de la tinaja, no sabía que estaba pasando, no entendía porque él era tan amable con ella
-pero si supiera lo que soy seguro no lo sería- murmuró.
¿Qué estaba haciendo? Tendría que estar corriendo lo más lejos posible de ahí o de cualquier lugar, no podía confiar en nadie; Por muy loco o desnudo que estuviera.
No podía estar perdiendo tiempo, sus buscadores la atraparían y la devolverían a la obediencia absoluta… pero viendo las condiciones en que estaba no podría ir mas lejos que eso y ya que su plan de ocultarse un momento y curar sus heridas aun era vigente fuera ayudada o no, tendría que mantenerse alerta con el tal Kravel y esperar que en esos momentos no estuviera comunicándose con los bastardos de la alianza.
Se logró quitar las botas provocando un fuerte calambre en su pierna dañada, cerró los ojos y apretó la quijada imponiendo su fuerza de voluntad ante el intenso malestar y de inmediato introdujo los pies en el agua; era perfecta, ni muy caliente ni helada, ¿hacia cuanto no sentía algo así?  Ni siquiera donde su falsa familia había sentido tanto alivio por un acto tan sencillo y en su prisión de lujos no podría haber sentido nada más que el deber de obedecer.
Intentó mover los dedos del pie derecho pero le fue casi imposible, en verdad estaba seriamente lastimada y la caminata no había ayudado en nada
-¿mejor?-
-¡rayos!- gritó ella ante la aparición del hombre
-la dejo aquí- colocó una larga bata en la cama y sin decir más se hincó ante ella; por respuesta Amelia retrocedió salpicándole con el agua tibia
-tu pierna está dañada en dos partes, tendré que enderezarla ahora-
Se puso de pie y se acercó al armario a los pies de la cama, Amelia no pudo ver lo que contenía pero por el sonido estuvo casi segura que eran botellas y cajas de metal que tintineaban y rechinaban en el afán que él se tenía con ellas.
-puedo repararla yo misma-
-no, no puedes-
De inmediato una chispa brotó en ella. Había soportado órdenes durante toda su vida; Fuera consciente de ello o no; Y se había prometido que no volvería a hacerlo.
Que un loco le dijera que era una inútil, que no podía caminar por si sola y que no podía resolver los problemas en su cuerpo era la negación de todo por lo que estaba escapando, Así que sin más miramientos apretó la tela aun húmeda y la desgarró con un fuerte jalón; por un  instante notó que la vida se le iba  ante el dolor que sintió en la rodilla pero inhaló fuertemente mientras apretaba sus manos en ella y la movía con firmeza hacia donde debía estar… lo último que vio fue el cabello plateado agitándose ante ella mientras un extraño grito salía de su garganta.

El grito aterrador de ella lo hizo correr a su lado, para ver como perdía el conocimiento ante el tonto intento de poner su torcida rodilla en su lugar
-¡no!- exclamó sujetándola por los hombros.

Se había desmayado otra vez, pero era mejor que estuviera así para lo siguiente. la subió completamente a  la cama y observó la ropa empapada que la cubría, no era prudente dejarla con dichos trapos y no podría esperar a que ella reaccionara para que se cambiara así que terminó de arrancarle el pantaloncillo, lo que provocó que la idea que tuvo en los matorrales volviera  a su cabeza al ver que bajo aquella tela sucia y húmeda había piel blanquísima cubierta por un sutil tatuaje que resaltaba en un tono mas rosado sobre su vientre, Inhaló fuerte tratando de controlarse, tenía que sacar esas imágenes de su cabeza si pretendía atenderla… atenderla se podía hacer de muchas maneras, sujetarla por la cintura delgada y acercarla a él, arráncale también la camisa  esperando que tampoco bajo ella tuviera nada mas que se interpusiera entre sus manos… y lo que mas le alentaba era el pensar que ella despertara, que lo viera, lo viera mientras la tomaba… No, no podía hacer tal cosa; tenía que curarla, cuidarla, sería lo mas estúpido de su parte si cometía la barbarie que venía haciendo por quien sabe cuanto tiempo; no se sentía para nada orgulloso de su ridícula venganza, ahora le parecía la cosa mas monstruosa que alguien pudiera hacer, ¿Por qué había hecho todo eso?

Recordando en conjunto el nombre de "sin nombre"

miércoles, 6 de agosto de 2014

Hoy por fin pudimos, mi hermana y yo, recordar el nombre que le había dado ella a mi historia "sin nombre", comenzamos hablando de dolores y de escasez de dinero (lo normal en una plática ¿no?) y luego derivamos a ese relato que a ella le gusta bastante, me pidió que lo siguiera, y la verdad quiero hacerlo...pero la inspiración tiene ya un par de años de solo aparecerse y no quedarse lo suficiente como para escribir mas de dos párrafos -_-

Pero al fin, ya puedo nombrar a mi muchachita jejejee, así que aquí les dejo de nuevo el primer cap. de la que ya no es "sin nombre"

"Behind" ;) espero les guste, comentarios y críticas bienvenidas ok? 

hasta el próximo capítulo